Peculiaridades del Trabajo y el Sindicalismo en Canadá

Publicado en “Trabajo y Democracia Hoy”. No. 153, Año 29

En los últimos meses han circulado noticias respecto a la problemática que ha surgido del fin del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); existieron múltiples declaraciones a favor y en contra de la necesidad de tener un tratado comercial entre los 3 países que componen la zona norte de América: México, Estados Unidos y Canadá. Después de unas ríspidas negociaciones, donde por momentos parecía que no se iba a llegar a ningún lado; se llegó a un acuerdo casi al finalizar la fecha límite, el domingo 30 de octubre de 2018. Este nuevo acuerdo comercial puso fin al TLCAN y dio comienzo a la era del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC). Dicho tratado cambia de nombre según el país, es así que para los estadounidenses el tratado se llama United States-México-Canada Agreement (UMSCA), mientras que para los canadienses es Canada-United States-México Agreement (CUSMA) en inglés y ya que gran parte de los canadienses hablan francés, también será conocido como Accord Canada-États Unis-Mexique (ACEUM).

Dicho tratado buscará la continuidad de un proceso de integración económica en la región norte del continente americano, lo cual modificará legislaciones no solo referentes al comercio, sino también en la cuestión laboral. Al mencionar la cuestión laboral, encontramos grandes diferencias entre los 3 países que componen el T-MEC; condiciones laborales desiguales, salarios desiguales e incluso una cultura del trabajo que en muchas ocasiones no sólo es desigual, sino que incompatible. Todo lo anterior mencionado repercute directamente en las condiciones de vida de los ciudadanos de los países que componen dicho Tratado y aunque pareciera que México es el país que menos compatibilidades tiene con los dos vecinos del norte, no lo es tanto, ya que Canadá posee ciertas características que lo hacen bastante diferente a Estados Unidos.

A continuación, nos enfocaremos en las cuestiones laborales en Canadá, específicamente en las características de su sindicalismo, el cual muestra condiciones propias que son pertinentes para exponer.

En primer lugar, hay que situarnos en el contexto. Canadá se encuentra al norte de Estados Unidos, está compuesta por 10 provincias (Alberta, Columbia Británica, Manitoba, Nuevo Brunswick, Terranova y Labrador, Nueva Escocia, Ontario, Isla del Príncipe Eduardo, Quebec y Saskatchewan) y 3 territorios (Territorios del Noroeste, Nunavut y Yukón). Según el censo de 2016, Canadá tenía una población de 35 millones 151 mil habitantes, cifra que para el 2019 habría ascendido aproximadamente a 37 millones 311 mil. Alrededor del 80% de la población canadiense se encuentra concentrada en la franja sur del país; por tales razones, los 3 territorios antes mencionados corresponden a la parte norte de Canadá y cuentan con muy poca población, ya que los 3 territorios en su conjunto contaban con 113 mil 604 habitantes en 2016 (Statistics Canada, 2016).

En contrapartida, las provincias más pobladas de Canadá se encuentran en la parte este del país, principalmente en las provincias de Ontario (13 millones 448 mil habitantes) y Quebec (8 millones 164 mil), las cuales en conjunto concentran a más de la mitad de la población canadiense. El clima es la principal razón por la cual la zona norte del país está bastante deshabitada, ya que las temperaturas invernales son extremosas y los recursos de supervivencia escasean, haciendo necesario que muchos de los productos de primera necesidad tengan que ser transportados desde el sur.

La historia propia de Canadá ha moldeado un sistema laboral que tiene grandes diferencias con el sistema de Estados Unidos y el de México. En primer lugar, se debe de tomar en cuenta que el territorio que actualmente compone a Canadá fue colonizado por Francia y por el Imperio Británico. La provincia de Quebec tiene sus orígenes con la exploración realizada por los franceses en el siglo XVI y se consolidó con la fundación de la ciudad de Quebec en 1608; los dominios franceses en América del norte fueron conocidos como Nueva Francia y se extendían desde la bahía del Hudson en Canadá hasta el puerto de Nueva Orleans en el Golfo de México; debido a lo anterior, la mayoría de la población de Quebec habla francés y es de religión católica, situación que hace destacar a esta provincia de los demás territorios que forman Canadá.

Por otro lado, el dominio británico en la región se concentraba mayoritariamente en la zona este de los actuales Estados Unidos, sin embargo, mantuvo una disputa constante con Francia por el control de Norteamérica. Por medio de continuos conflictos militares y diplomáticos, Gran Bretaña consiguió apoderarse de ciertas regiones que componen actualmente Canadá, como la zona circundante de la bahía del Hudson (Ontario, Quebec y Manitoba) así como Nueva Escocia; el gran triunfo de los británicos sobre los franceses en la Guerra de los Siete Años (1756-1763) propició que Quebec pasara a dominio británico, terminando así con la historia colonial francesa en el actual Canadá.

Las notables diferencias culturales entre Quebec y los demás territorios británicos de Canadá fueron motivo de discriminación durante muchos años; legalmente el gobierno británico y el canadiense han buscado el reconocimiento igualitario del idioma inglés y el francés para usos oficiales, sin embargo, poco a poco la cultura anglosajona se ha ido imponiendo sobre la francesa, situación que es motivo de conflicto hoy en día.

Otra de las características que distinguen a Canadá es su ambigua relación con la Gran Bretaña. A principios del siglo XIX, Gran Bretaña comenzó a dotar de autonomía a sus dominios en el norte de América al permitirles establecer gobiernos parlamentarios propios. En Canadá se considera como día de la Independencia al 1 de julio de 1867, cuando se creó la Confederación Canadiense; posteriormente, por medio de varios acuerdos con el Parlamento británico y la Corona -como el Estatuto de Westminster de 1931- los dominios británicos alrededor del mundo (que en su conjunto se conocen como la Commonwealth) lograron el reconocimiento oficial de independencia plena. Ya con este estatus, Canadá se constituyó como una Monarquía Constitucional, cuya reina vigente es Isabel II de la Casa Windsor.

Recapitulando, el contexto canadiense nos indica que es un país que -política e históricamente- no tuvo un corte violento con la metrópoli; se puede decir que mantiene ciertas características políticas que hacen a Canadá más parecida a Europa. En el ámbito social y cultural se puede destacar el caso de la provincia de Quebec, que fue colonizada inicialmente por franceses y que conserva no sólo la lengua, sino también otros elementos culturales que los diferencian de la mayoría anglosajona del resto de Canadá; en cuestión demográfica ya se expuso como la mayoría de la población vive al sur del país gracias a las difíciles condiciones de vida en el norte.

La economía canadiense se ha basado en la explotación de los recursos naturales. Durante el periodo colonial se encontraba como principal actividad económica el comercio de pieles de animales, mayoritariamente de castor; igualmente, en este periodo la pesca de bacalao se convirtió en una actividad económica de gran importancia; estas actividades comerciales, donde participaban no sólo los colonos europeos, sino también los indígenas locales provocaron fuertes conflictos, incluso militares (como la Guerra de los Castores de 1642).

Posteriormente, con el avanzar del siglo XIX y de la industria, Canadá tuvo que modificar sus actividades económicas; por lo tanto, la extracción de recursos minerales pasó a reemplazar como actividad primordial al comercio de pieles; actualmente Canadá es el principal productor de zinc, níquel y uranio, además de tener importantes yacimientos de plomo, asbesto, cobalto, oro, plata, cobre, hierro y plomo; aunque no son su principal producto, también cabe resaltar la explotación de petróleo y gas natural (Montoya P, 2018).

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX comenzó a desarrollarse rápidamente la industria en Canadá; la manufactura se convirtió en una actividad económica de gran importancia; en la actualidad la industria representa alrededor de un tercio del Producto Interno Bruto de Canadá (Montoya P, 2018). La industria canadiense es reconocida por su alto nivel en capacitación de mano de obra, además cuentan con el uso de tecnología moderna; las principales industrias canadienses son la aeronáutica, la química, la plástica, la fabricación de maquinaria y la industria derivada de los minerales extraídos en el país.

Siguiendo las tendencias mundiales, parte central de la riqueza del país procede de actividades económicas terciarias, principalmente por el desarrollo de tecnologías digitales. Los canadienses son reconocidos a nivel mundial por el alto grado de calificación que gozan los trabajadores que producen software; por ello, en Canadá se producen videojuegos, animaciones y efectos visuales computarizados; por lo anterior es que empresas trasnacionales como Facebook, Google, HP, IBM, Intel, etc., poseen importantes inversiones en el país.

Dentro de las actividades económicas terciarias que brindan amplia riqueza a Canadá y que emplean a gran número de trabajadores, encontramos principalmente a la educación y la salud. Estos sectores son controlados por el gobierno, por lo tanto, existen en Canadá varias empresas públicas; esta característica hace que Canadá difiera de Estados Unidos, donde el sector público es mucho menor que el privado. Finalmente, también en Canadá se destaca la industria del entretenimiento y del turismo (Montoya P, 2018).

En Canadá cuando en un centro de trabajo se decide la creación de un Sindicato para la negociación colectiva, se lleva a cabo un proceso de firma de tarjetas, las cuales son presentadas ante las instancias gubernamentales provinciales; dependiendo de la legislación local; dichas tarjetas implican una votación, por lo tanto se autorizará legalmente al sindicato cuando se presentan un número de tarjetas firmadas a favor de su creación, que sea mayor a un porcentaje del total de los trabajadores del centro de trabajo. En otras provincias, después de presentar las tarjetas, se realizará una votación en el centro de trabajo organizada por las instancias laborales; este proceso es muy similar al norteamericano, sin embargo, en el caso de Estados Unidos, la votación organizada por las autoridades en el centro de trabajo se realiza alrededor de un mes después de la presentación de las tarjetas, situación que es aprovechada por las empresas para realizar actividades coercitivas contra los trabajadores; en cambio, en Canadá dicha votación se realiza máximo a los 5 días de presentadas las tarjetas, lo cual beneficia a la organización sindical (Aguilar y Zepeda, 2015: 87).

El sindicalismo canadiense es diferente al de Estados Unidos, ya que posee semejanzas con las organizaciones de corte europeo; en E.U. el sindicalismo y las centrales obreras son más de corte gerencial, es decir, son conglomerados de sindicatos independientes que no necesariamente siguen los mismos lineamientos o estrategias, por lo tanto, es imposible que se lleve a cabo una huelga general en tal país; en consecuencia, también es muy complicado que el sector obrero pueda hacer frente a una legislación poco favorable a los trabajadores (Perelman, 1992: 103).
En contrapartida, el sindicalismo canadiense busca una estrecha relación con los partidos políticos, ya que uno de sus objetivos es tener una voz determinante en la legislación laboral; el New Democratic Party-NDP (Nuevo Partido Democrático) ha sido el ente político que ha incluido en su agenda a las demandas de los trabajadores sindicalizados, específicamente del Canadian Labour Congress-CLC (Congreso Canadiense del Trabajo), la central obrera de mayor tamaño.

La historia de las centrales sindicales en Canadá se remonta a 1883, cuando se fundó la Trades and Labour Congress of Canada-TLC (Congreso de Trabajo y Comercio de Canadá). Esta central aglutinaba a los sindicatos gremiales, es decir estaba formada por sindicatos creados por trabajadores que se dedicaban a un mismo oficio, aunque no compartieran el mismo lugar de trabajo. El TLC comenzó a ser influido por el sindicalismo norteamericano de la American Federation of Labor-AFL (Federación Americana del Trabajo) a tal grado que el sindicalismo estadounidense logró controlar el TLC; como era de esperarse, muchos obreros no buscaban ser representados por un sindicalismo como el norteamericano, por lo tanto, surgieron organizaciones más radicales, influidas por el socialismo y el comunismo.

Debido al amplio desarrollo industrial que se dio en Canadá durante las primeras décadas del siglo XX, surgieron centros de trabajo donde los obreros ya no requerían una formación exhaustiva dentro de un oficio. Esta situación significó un conflicto dentro del sindicalismo, ya que los sindicatos gremiales se oponían a que sus organizaciones representaran a obreros “poco calificados”. Como respuesta surgió el sindicalismo por industria, que buscó representar a todos los trabajadores de un complejo industria o por rama. Dicho conflicto se dio también en Estados Unidos y por ello se originó el Congress of Industrial Organizations-CIO (Congreso de las Organizaciones Industriales) en 1936; varios miembros de la CIO estadounidense influyeron y apoyaron en 1940 la creación de una central de sindicatos por industria en Canadá que llevó por nombre Canadian Congress of Labour-CCL (Congreso Canadiense del Trabajo).

Dichas organizaciones rivalizaban y crecían debido al auge industrial en Canadá. Debido al contexto de la Guerra Fría, ambas centrales decidieron unirse en 1956 y dieron origen al anteriormente mencionado Canadian Labour Congress, que se alejó de las tendencias socialistas y comunistas, ya que por aquellos años un sindicalismo de ese tipo era peligroso; dicho fenómeno fue reflejo de la unificación de las centrales norteamericanas al crear en 1955 la AFL-CIO.

Hasta el momento se podría decir que el sindicalismo canadiense ha seguido las tendencias de Estados Unidos y que en algunos momentos se ha visto dominado por ese tipo de sindicalismo; hoy en día todavía existen sindicatos canadienses que pertenecen a las centrales norteamericanas (AFL-CIO, 2019). Sin embargo, hay que recordar que Canadá es un país compuesto por regiones de origen anglosajón y por otras de origen francés; el sindicalismo que se practica en la zona de Quebec es bastante diferente al del resto del país.

En primer lugar, la influencia norteamericana es mínima, pues el sindicalismo quebequés pugna por el nacionalismo y por medidas más radicales; por tales razones se creo en 1921 la Confédération des Travailleurs Catholiques du Canada-CTCC (Confederación de Trabajadores Católicos de Canadá), la cual en 1960 dejó la característica religiosa y pasó a llamarse Confédération des Syndicats Nationaux-CSN (Confederación de Sindicatos Nacionales) (CSN, 2019). Dicha central se mostró independiente de la CLC y llevó a cabo acciones bastante diferentes, por ejemplo, la huelga general de 1972, en la cual mostraba en sus consignas: 1) un abierto rechazo al dominio anglosajón sobre Quebec, 2) la búsqueda de la independencia de la provincia e incluso 3) algunas consignas anticapitalistas (Bissonnette, 2017). Debido a su postura nacionalista, la CSN ha apoyado al Partido Quebequés, el cual llegó al gobierno provincial en 1976; el CSN apoyó las iniciativas en 1980 y en 1985 de llevar a cabo referéndums en búsqueda de la independencia de Quebec, aunque en ambas ocasiones no triunfó la iniciativa por un corto margen; cabe mencionar que las reivindicaciones separatistas en Quebec continúan, al igual que el apoyo de la CSN a la medida.

Conociendo las características principales de las dos principales centrales sindicales de Canadá, podemos pasar a analizar la actualidad sindical del país. Canadá posee un 30.1% de trabajadores sindicalizados (Duffin, 2019), un número bastante alto en comparación con los países del T-MEC, pues es prácticamente el triple que Estados Unidos quien tiene solo el 10.5% (Bureau of Labor Statistics, 2019) y México, con el 8.23% en 2017.

Dichos números de Canadá son bastante más cercanos a los altos índices que se presentan en países europeos (Aguilar y Zepeda, 2015: 98). Las razones por las cuales se obtiene dicho dato son variadas, entre ellas destaca el hecho de que en Canadá existe un gran número de empresas públicas y que estas no se han visto afectadas por la privatización de la misma manera que en México.
De igual manera, la cultura laboral canadiense tiene una herencia europea más prese que otros países americanos, por lo tanto, se tiende menos al trabajo informal y, por ende, gran número de trabajadores formales buscan afiliarse a un sindicato para la obtención de mayores beneficios.

Finalmente, como se puntualizó, el proceso para conformar un sindicato es mucho más favorable para los trabajadores que en otros países. Siguiendo la comparativa, las tasas de sindicalización a nivel mundial han descendido; a principios de la década de 1980 Canadá tenía un 37.6%, mientras que Estados Unidos contaba con alrededor del 18% y México un 12% (Aguilar y Zepeda, 2015: 52 y 139). A pesar del descenso en la sindicalización, en años recientes Canadá ha mostrado cierta estabilidad, pues el punto más bajo fue de 30% en 2004 y de ahí a la fecha ha ido fluctuando sin caídas ni subidas considerables (Aguilar y Zepeda, 2015: 99).

La sindicalización por provincia en Canadá es bastante alta, pues la mitad de las provincias están por encima de la media nacional; Quebec se encuentra como la provincia mas sindicalizada con una tasa del 38.4%, le sigue Terranova y Labrador con un 37.3% y en tercer lugar esta Manitoba con un 34.2% (Duffin, 2019). En cuanto a las provincias con menor sindicalización es interesante encontrar a la provincia de Ontario con un 26.3%, puesto que es la que mayor población tiene; finalmente se encuentra Alberta con un 24.5% como la provincia con la menor tasa de sindicalización del país. Una de las razones por las cuales Ontario posee una baja densidad sindical en comparación con las otras provincias es el dinamismo de sus actividades económicas, puesto que en esa región se concentran gran parte de los servicios financieros, las industrias ligadas con la tecnología y demás actividades que tienden a una menor sindicalización.

Como se vio, Quebec es la provincia con mayor tasa de sindicalización y en segundo lugar se encuentra la provincia de Terranova y Labrado; en dichas provincias es donde más presencia tiene la CSN quebequés. La CSN tiene más de 300 mil afiliados y la mayoría de sus afiliados corresponden a sindicatos de la provincia de Quebec; esta cifra corresponde a aproximadamente el 7% de la totalidad de trabajadores sindicalizados.

Por otro lado, el CLC tiene a más de 3 millones de afiliados y tiene presencia en todas las provincias de Canadá; la suma de los trabajadores pertenecientes a esta central corresponde a más del 70% de los sindicalizados del país.

Los sindicatos más importantes en Canadá agrupan a trabajadores del sector público. Por ejemplo, el Canadian Union of Public Employees (Sindicato de empleados públicos de Canadá), con una membresía de más de 600 mil miembros. A continuación está el National Union of Public and General Employees (Sindicato Nacional de empleados públicos y generales), con alrededor de 340 mil miembros. En tercer lugar y perteneciendo al sector privado se encuentran los United Food and Commercial Workers Canada (Trabajadores Comerciales y de Alimentos Unidos Canadá) con aproximadamente 240 mil afiliados. Los tres sindicatos mencionados, que son los que más densidad sindical tienen en el país, están afiliados a la CLC. El sindicato con mayor número de miembros que está afiliado a la CSN es la Fédération de la Santé et des Services Sociaux (Federación de la Salud y de Servicios Sociales), representando a alrededor de 125 mil trabajadores.

Con toda la información indicada, se puede afirmar que en efecto el T-MEC incluye a países bastante diferentes entre sí y que llegar a una integración de la región norteamericana solamente se lograría por medio de intereses comerciales. En el aspecto laboral encontramos grandes diferencias, las cuales han representado un problema para llegar a acuerdos provechosos.

En Estados Unidos el sector público es muy reducido a comparación de Canadá y México; aún con esta característica, los sindicatos de maestros son de los que mayor membresía e influencia tienen en la Unión Americana. En cambio, Canadá ha aplicado durante muchas décadas una política de bienestar, por lo tanto, sus ciudadanos poseen gran cantidad de servicios públicos, como por ejemplo el hecho de que Canadá tenga un servicio médico universal desde la década de 1960, además de acceder a ciertos beneficios, como el seguro de desempleo, el cual dio en promedio 335 dólares canadienses por semana en 2012 (4 452 pesos mexicanos de 2012 y 5 877.63 pesos actuales tomando en cuenta la inflación de 1.32% desde 2012. Dinero en el Tiempo, 2019). El gobierno ha ido reduciendo el número de beneficiarios al igual que el monto otorgado (Aguilar y Zepeda, 2015: 97).

El contraste con México requiere una consideración especial, pues sus economías son bastante diferentes. Si bien ambos países poseen un amplio sector público, Canadá no ha implementado medidas privatizadoras tan extensivas como México, por lo tanto, el sector público canadiense se mantiene como parte de las actividades económicas más dinámicas del país. Por todo lo anterior, en ambos casos encontramos un sindicalismo fuerte e influyente en el sector público, sin embargo, no se puede negar que las privatizaciones han afectado de manera negativa a la densidad sindical mexicana. Otro factor que ha beneficiado a los altos índices de sindicalización en Canadá es la legislación más favorable para la creación y reconocimiento de las organizaciones de trabajadores, a diferencia de las trabas en las elecciones en Estados Unidas y el complicado proceso para el registro sindical en México.

Tanto México como Canadá han recibido influencia de Estados Unidos, la cual ha provocado muchos conflictos a nivel interno, entre aquellos que la reciben o desean aplicarla y aquellos que la rechazan definitivamente. En Canadá observamos que esta situación se ha interiorizado en el sindicalismo, pues la central norteamericana AFL-CIO tiene bastante influencia dentro de la CLC e incluso hay muchos sindicatos que están afiliados tanto a la AFL-CIO como al CLC.

Sin embargo, las particularidades políticas y culturales en Canadá propiciaron el surgimiento de un movimiento sindical muy ajeno al tradicional norteamericano. El CSN es una organización que tiene mayores similitudes con el sindicalismo revolucionario internacional, ya que se caracteriza por un fuerte nacionalismo y antiimperialismo. De tal manera podemos ver que cierta población no estuvo de acuerdo con la implantación de una predominancia anglosajona en Canadá.

Esto quiere decir que Canadá posee problemas de reivindicación nacionalistas a su interior, lo cual podría provocar, si es que se llegaran a dar los acontecimientos, que Quebec exista como un país independiente. Es de destacarse esta situación, ya que el movimiento obrero organizado es de los principales apoyos que tiene la corriente separatista. Canadá ciertamente es un país único en América, posee en su interior poblaciones que tienen diferentes orígenes culturales, situación que hace viable el separatismo; este fenómeno es único en América, ya que no hay un movimiento separatista en el continente que posea las mismas reivindicaciones nacionalistas.

Canadá sin duda es reconocido como un ejemplo mundial, pues posee altos índices de desarrollo y de bienestar social, pero no por ello se encuentra ajeno a complejas conflictos y contradicciones sociales como las aquí expuestas. Escapa a las páginas de este escrito el profundizar el papel que ha jugado el sindicalismo canadiense en la construcción de una sociedad caracterizada por los altos índices de bienestar social.


Fuentes

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Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM

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