El uso de chatbots en la elaboración de textos no implica cometer plagio

Fotografía: Wikimedia Commons

Sin embargo, el uso de IA en la academia genera problemas relacionados con la mala calidad de las obras y la integridad de los autores


En los campos de estudio todo el tiempo se hacen referencias a estilos, no siempre hay originalidad sin bases, por lo que se suelen presentar “similitudes” entre diferentes obras, señaló Luis Álvarez Azcárraga, profesor investigador de la Universidad de las Artes de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, y agregó que así como el plagio no debe confundirse con la similitud, también es diferente del concepto de falsificación.

El plagio no es un robo de ideas ya que las ideas persisten en el tiempo, y solo es posible apropiarse de ellas cuando alguien las plasma en tecnología de fijación o soportes duraderos, además de tecnologías de reproducción. En México, a la hora de sancionar este acto, se habla de originalidad y de autoría, por tanto, se sanciona la falsificación y el daño al patrimonio, explicó Álvarez.

Inteligencia artificial y plagio

Cuando se usa un chatbot para realizar algún escrito y solo se copia literalmente lo que ha dado como resultado, no se está haciendo plagio, al menos no de forma directa. Cuando éste se ha cometido, es porque se ha quitado la autoría de una obra y no se reconoce al verdadero autor, pero en el caso de una herramienta de inteligencia artificial (IA), no se puede decir que sea la autora de esa obra, pues el usuario está dando las indicaciones de lo que quiere, por tanto, también ha puesto de su parte, explicó Gabriela Elisa Sued, becaria posdoctoral del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En diversas ocasiones las IA suelen dar información falsa, ya sea con hipótesis errónea o de artículos inexistentes. Esto provoca que muchas veces se generen textos muy malos al no comprobar la información, expresó Sued, y enfatizó la importancia de fomentar un uso ético de estas herramientas.

Se vislumbran muchos riesgos con el uso de estas herramientas, no solo por el engaño que se puede crear, sino por la diversificación de la información. En este sentido, Álvarez propuso la creación de comunidades académicas, autorías colectivas y pensar en la información como un bien común y colectivo.

Tecnologías para la detección de plagio

Siempre ha sido complicada la detección de plagio con softwares, ya que, cuando se hacen paráfrasis muy “ingeniosas” de algo planteado en alguna obra escrita, éste pasa desapercibido, pues estos sistemas funcionan solo capturando la similitud de textos. En cambio, muchas veces pasa que, sin que se haya tenido la intención de plagiar, el software señala una obra “no original” y puede señalar culpables erróneamente, afirmó Gerardo Eugenio Sierra Martínez, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM.

Recientemente la UNAM ha creado un prototipo para la detección de similitud de oraciones en textos diferentes, que fue llamado “Símil”, pero ha tenido las mismas deficiencias que otros han presentado, además de que su capacidad es menor, por tanto, los textos que examina son de muy pocos caracteres, señaló Sierra.

Estas reflexiones se llevaron a cabo el 2 de junio de 2023, durante la tercera mesa del ciclo de mesas redondas sobre “Plagio académico”, organizado por la Revista Mexicana de Sociología. El evento fue moderado por Jesús Francisco García Pérez, académico del IIS-UNAM.


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Estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y colaboradora del Departamento de Difusión del IIS-UNAM

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