Porros y narcos en la UNAM

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La comunidad universitaria ha reaccionado con firmeza, aunque no con la prontitud y eficacia que fuera deseable para atacar la parte que le corresponde de las causas de ese mal. La movilización de los estudiantes y su demanda de seguridad es por completo legítima. Las autoridades lo han reconocido. Sin embargo, han tolerado durante demasiado tiempo a los grupos porriles que merodean en diversos planteles universitarios, señaladamente en la Escuela Nacional Preparatoria, en los Colegios de Ciencias y Humanidades y en Ciudad Universitaria. La tolerancia se extiende a los ocupantes permanentes del Auditorio Justo Sierra y al narcomenudeo en el campus. Se sobreentiende que esta tolerancia se origina en la prudencia, para evitar conflictos mayores, pero esta idea, si la hay, ya no tiene justificación. Esta forma de tolerancia de acciones ilegales se gestó bajo la amenaza de violación a la autonomía universitaria por el poder político en condiciones de autoritarismo. Sabemos que dicho autoritarismo aún no desaparece en los tiempos democráticos. Anida en diversos pliegues del aparato del Estado. Sería ingenuo no reconocerlo. Sin embargo, las instituciones hoy cuentan con legitimidad democrática y pueden hacer valer la ley y los derechos que les corresponde tutelar que, en este caso y primero que nada, es la integridad de los estudiantes y otros miembros de la comunidad, el castigo a los culpables y la reparación del daño causado por los responsables, tanto a aquéllos como a la universidad como persona moral.

Fuente: El Universal

Fecha de publicación: 16 septiembre 2018

Mención: Francisco Valdés Ugalde

Disponible en: https://www.eluniversal.com.mx/articulo/francisco-valdes-ugalde/nacion/porros-y-narcos-en-la-unam

Descarga la Nota: https://www.iis.unam.mx/blog/wp-content/uploads/2018/09/42_42ugalde.pdf

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