El movimiento estudiantil del 68 fue un espacio de liberación femenina

Manifestación pacífica del 13 de septiembre de 1968. Fotografía: Universidad Iberoamericana/M68

Pese al contexto conservador de la época, la participación de las mujeres en el movimiento estudiantil fue paritaria


En un contexto conservador, en el que las mujeres no podían participar en diferentes ámbitos sociales, económicos y políticos, la participación femenina en el movimiento de 1968 fue paritaria frente a los hombres que también integraron el movimiento estudiantil. Sin embargo, sólo 30 mujeres participaron en el nivel de toma de decisiones en el Consejo Nacional de Huelga (CNH), “número que, para la época, era bastante”, afirmó Carola García Calderón, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Una forma de liberación femenina en la década de los años 60 fue la utilización de la píldora anticonceptiva, pues permitió ejercer la sexualidad diferente. Sin embargo, “las mujeres que buscaban obtenerla y consumirla eran señaladas”, expresó Marcia Gutiérrez, representante de la Facultad de Odontología de la UNAM.

Con el inicio de la venta de anticonceptivos, “podíamos separar entre hacer el amor y embarazarnos, sin embargo, no era fácil conseguirlos”, afirmó Adriana Corona Vargas, representante de la Preparatoria 6 de la UNAM, y reiteró que en el 68 no se pensaba en una perspectiva de género, el control hacia las mujeres era por parte de la familia, no de los compañeros del movimiento estudiantil.

Este tipo de movimientos genera que “el rompimiento que se da de los roles de género sea grande, y eso te permite participar y hacer cosas que antes no podías. Las mujeres podíamos participar, y ningún hombre jamás le dijo a una mujer que no podía hacerlo”, señaló Corona.

La mujer busca constantemente el poder político y económico, en este sentido, las mujeres que participaron en el movimiento del 68 era porque estaban cansadas del autoritarismo y del abuso. Entonces, “la necesidad de integrar el movimiento feminista a los movimientos revolucionarios de todo el mundo fue a partir de un señalamiento social hacia la mujer”, afirmó Marcia Gutiérrez.

Para Marta Servín, representante del Instituto Politécnico Nacional, uno de los aspectos fundamentales de su participación en el movimiento estudiantil fue contar con una matriz social. Es decir, con un gran colectivo de apoyo en la lucha contra la represión.

Estas reflexiones se llevaron a cabo durante el ciclo de mesas redondas Las ciencias sociales ante el 68, coordinado por Miguel Armando López Leyva, director del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y Silvia Inclán, investigadora de dicha institución.


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Becaria del Departamento de Difusión del IIS-UNAM (2017-2018).

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