El uso indiscriminado del discurso anticorrupción legitima el abuso de poder

“Los políticos, especialmente en tiempos electorales, utilizan el discurso anticorrupción como una estrategia legítima, en muchos casos para captar votos y ganar apoyo popular, afirmó Irma Eréndira Sandoval, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Si bien la corrupción es un problema vigente, ya que según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) este fenómeno hace que la economía mundial pierda alrededor de 2.6 billones de dólares (más del 5 % del PIB global), también se experimenta un abuso del discurso anticorrupción, fenómeno que no solo permea en las altas esferas del gobierno, sino también en el ámbito local.

Es importante reflexionar qué tan permisivos somos ante esta situación y si existe una tolerancia tácita respecto al tema, señaló Alejandro López Bolaños, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, y agregó que, al hablar de anticorrupción, se piensa en la reducción de esta práctica y en la implementación de contramedidas para evitar el desvío de recursos, aunque el problema es más complejo de lo que parece.

Hay diferentes acuerdos a nivel internacional que buscan combatir la corrupción, como el acuerdo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que combaten el cohecho y el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), donde México ha tenido una participación constante a muchos de estos acuerdos, incluso los han traducido a legislaciones internas.

Sin embargo el fenómeno es multifactorial, señaló Elisa Ortega Vásquez, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, y agregó que, el discurso anticorrupción es utilizado constantemente por ciertos sectores del gobierno como una forma de legitimar el abuso de poder.

“El discurso anticorrupción es una narrativa dominante en la gestión migratoria; una política hegemónica utilizada estratégicamente para centralizar el poder, deslegitimar sectores incómodos y justificar medidas autoritarias que violan derechos humanos”, expresó Ortega. A través del análisis de las premisas de Michel Foucault, la académica destacó que el discurso no es solo una serie de palabras, sino una herramienta de poder.

Este fenómeno se puede analizar desde la teoría del doble fraude, que permite identificar una sensación de decepción por parte de los gobernados hacia sus gobernantes, una promesa fallida no solo en el ámbito económico y de desarrollo, sino también en el aspecto moral, señaló Irma Eréndira Sandoval.

El discurso anticorrupción es una constante en la actualidad que se manifiesta en distintas regiones y contextos. Su estudio y análisis desde diversas disciplinas es crucial, coincidieron los participantes de la sesión “Geopolítica, seguridad nacional y políticas antocorrupción en la arena internacional”, organizada en el marco del proyecto PAPIIT IN306325 “Usos y Abuso del Discurso Anticorrupción”, coordinado por Irma Eréndira Sandoval.

Fotografías del evento

Prestador de Servicio Social del Departamento de Difusión del IISUNAM

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