Categoría: Otros

César Alonso García Huitrón

El Colegio de Ciencias y Humanidades, es un motor permanente de innovación educativa, del cual debemos sentirnos orgullosos, uno de los grandes aportes del doctor Pablo González Casanova y que transformaron a la Universidad han sido el Sistema de Universidad Abierta y por supuesto el Colegio, que este a su vez, ha sido precursor de la actual reglamentación de la división de posgrados de la UNAM, misma que una vez fue única y exclusiva del CCH.

Comité de Comunicación, Centro Tepoztlán Víctor L. Urquidi

Pablo y su esposa tuvieron una casa de fin de semana en Tepoztlán durante muchos años. Su casa estaba en la parte alta del pueblo y nosotros en el valle. Sin embargo, nos encontrábamos frecuentemente en el centro y me acuerdo de un Pablo siempre sonriente y feliz. Pero la cosa curiosa fue que nuestros números telefónicos eran muy similares. El nuestro terminaba en 0708 y el de ellos en 0807. Constantemente recibíamos llamadas para ellos y ellos para nosotros. No sé si fuera una broma del cosmos, pero era algo sobre lo que siempre nos reímos.”

Rosa Elena Durán González

La obra intelectual de Pablo González Casanova forma parte del acervo cultural de los grandes pensadores del siglo XX, entre los cuales encontramos a gente como Octavio Paz, Carlos Fuentes y José Revueltas, quienes contribuyeron a la transformación post revolucionaria de nuestra patria.
Su trayectoria política, social y educativa fue siempre humanista; buscando la mejoría y progreso de las clases sociales desfavorecidas, como campesinos e indígenas. Pionero en la trayectoria en pos de la justicia social, existe una relación coincidente entre sus pensamientos y los del actual presidente de la República al buscar el bienestar de los pobres y marginados. Rector de la UNAM y fundador del CCH con una interesante vida imposible de resumir en unas líneas, a quien seguimos pidiendo prestados sus hombros para que las nuevas generaciones suban en ellos y continúen adelante el camino hacia la equidad y justicia social. Es un honor dedicar con mucho respeto unas gotas de gratitud en medio de un océano de reconocimientos merecidos y damos gracias a la vida por la longevidad y aportaciones culturales de tan ilustre mexicano.

Jorge Alonso

Considero que el doctor Pablo González Casanova se ha convertido en uno de los intelectuales mexicanos y aun internacionales más importantes de nuestra época. Cumple cien años con lúcida actividad, con enseñanzas intelectuales y vitales de gran nivel y con un fuerte compromiso en favor de los pobres de la tierra. He admirado su inspiradora trayectoria. Le he dado seguimiento a muchos de sus escritos, fruto de sus investigaciones realizadas con creatividad y rigor. Ha ampliado las discusiones sobre la democracia, el imperialismo y la liberación en América Latina. También ahondó en el movimiento obrero y en el movimiento campesino de este continente. Dio cuenta del Estado y de los partidos políticos.

Karla Salazar Serna

¿Cuántas dimensiones enmarcan un encuentro? Escribir en pocas líneas el agradecimiento que siento por el Maestro Pablo requiere elegir palabras capaces de reflejar tantos y tantos sentimientos, en mi caso yo elegí la palabra: identidad. Mi mejor encuentro con el Maestro ocurrió a principios de la década de los 90, en el CCH Vallejo, un encuentro que se ha prolongado hasta mi posdoctorado y mi desarrollo como investigadora y docente. Mi encuentro se edificó a través de los caminos que tuvo a bien construir, donde las bases de sus sueños se impregnaron en mi identidad. Los pilares de los Colegios de Ciencias y Humanidades que él construyó son un gran pretexto para promover en la juventud el espíritu científico, la inquietud por la generación del conocimiento, la capacidad de asombro, inciden en la construcción crítica de la conciencia ante la injusticia social y permiten que, ante la necesidad por construir mejores sociedades, exista lugar para un pensamiento decolonial. Gracias Don Pablo, porque con su legado se abrazan los pueblos de América Latina y se construye identidad.

Héctor Jiménez Landín

Soy uno de los beneficiados de la creación del modelo educativo de don Pablo González Casanova, estudié el bachillerato en el Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Azcapotzalco, mi formación periodística y la pasión por los medios de comunicación nació precisamente en ese lugar. Desde ahí hasta la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, aprendí lo necesario para ejercer la comunicación de forma responsable.

Centro Tepoztlán Víctor L. Urquidi

El Dr. Pablo González Casanova, uno de los amigos más ilustres del Centro Tepoztlán Víctor L. Urquidi (CTVLU), cumple 100 años con una carrera académica brillante, cuya influencia ha rebasado los límites de México. Don Pablo ha tenido una notable presencia en el CTVLU desde 1980, cuando un destacado grupo de intelectuales y académicos mexicanos y extranjeros se unieron alrededor de Víctor L. Urquidi, para discutir críticamente las potencialidades y problemas de México, temas que él ha trabajado a profundidad y reflejado de una manea brillante en obras como La Democracia en México en la que estableció una visión crítica del desarrollo y demostró las contradicciones del sistema político mexicano, y Sociología de la Explotación, en la que centró la atención en el colonialismo no sólo externo, sino al interior de México, con el fin de alcanzar una sociedad plural y equitativa. No podemos menos que reconocer en el CTVLU que sus ideas, argumentos e investigaciones han nutrido nuestras reflexiones y estimulado nuestros debates. Felicidades don Pablo en este aniversario 100 y esperamos que siga enriqueciendo durante muchos años nuestras deliberaciones.

Miguel E. Basáñez

“Apareció publicada La Democracia en México (1965) estando yo en primero de Derecho en la UNAM e inmediatamente me capturó y la devoré. Su clara, poderosa y sencilla estructura de 4 grandes temas desarrollados en 12 capítulos, seguidos de aquellos maravillosos 65 cuadros en 100 páginas, repletos de datos. Fue como encontrar un tesoro. Me alimentó de método e información valiosísima por años. Pero no solo eso, me marcó profundamente y su influencia puede verse en la fundación de la revista Este País (1991) y en dos de mis libros: El Pulso (1990) y Tres Culturas (2016). Gracias don Pablo por todas sus contribuciones al conocimiento, a la investigación y a la valiosa formación de tantas generaciones de académicos.”