El envejecimiento en México: un desafío urgente sin políticas suficientes

Fotografía: Wikimedia Commons

El acelerado aumento de la población adulta mayor es una realidad que México enfrenta sin la preparación adecuada. Actualmente, cerca de 20.6 millones de personas son adultos mayores, y se prevé que esta cifra aumente a 33.4 millones para 2050, mientras disminuye la tasa infantil.

Los cuidados requeridos varían según el estado de salud de las personas ya que mientras algunas llegan a la vejez en condiciones óptimas, otras necesitan atención médica permanente y apoyo humano, situación que frecuentemente se agrava por la ausencia de cuidadores. A diferencia de países con políticas consolidadas, México carece de estrategias clave para garantizar el bienestar integral de este grupo.

Ante este panorama, Michel Toledo Ortiz de la Fundación Derechos Mayores, Chile, presentó la conferencia “Políticas públicas en clave de envejecimiento”, moderada por Verónica Montes de Oca, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México. En ella se expuso el modelo chileno del Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA), implementado durante la presidencia de Gabriel Boric, que gestiona el bienestar físico, social y mental mediante campañas contra el abandono y la soledad.

El eje central del modelo chileno son los Establecimientos de Larga Estadía (ELEAM), 20 residencias públicas con 1,188 camas a nivel nacional, donde adultos mayores sin redes de apoyo realizan sus actividades diarias con supervisión médica, psicológica y asistencial, señaló el académico.

México: discrepancia entre marco legal y realidad

La Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores en México obliga al Estado a garantizar salud, educación, nutrición, vivienda y seguridad social, además de programas de preparación para el retiro. Sin embargo, esta disposición no se materializa plenamente, afirmaron los especialistas.

El equivalente al SENAMA es el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), que depende de la Secretaría de Bienestar, y ofrece actividades culturales y recreativas. Los mayores de 65 años reciben una pensión de $6,200 bimestrales y una credencial con beneficios comerciales y de transporte público, afirmaron los investigadores, y agregaron que, pese a estos avances, México no cuenta con un sistema público de residencias asistidas como el ELEAM.

Abandono, soledad y alternativas insuficientes

De acuerdo con Verónica Montes de Oca, el 16% de los adultos mayores en México viven en abandono y el 20% en soledad: “no solo por los familiares, también por el gobierno”. La opción más cercana al ELEAM es el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), pero su enfoque es amplio (atiende a toda población vulnerable) y no específico para ancianos sin redes.

Si bien existen asilos privados –concentrados principalmente en el sur de la Ciudad de México– que ofrecen alimentación, salud, psicología y recreación, estos carecen de supervisión gubernamental para cumplir normas técnicas y de seguridad, al no recibir financiamiento estatal, expresó la investigadora.

Limitaciones del modelo chileno

El ELEAM, pese a sus virtudes, enfrenta desafíos: con solo 20 sedes en Chile, presenta sobresaturación y listas de espera de hasta tres años. Durante la conferencia del IIS-UNAM, adultos mayores asistentes reflexionaron sobre su realidad: “La jubilación no es sinónimo de morirse, hay un camino más allá. Descansar y dedicarte a lo que tal vez no pudiste hacer en años”.

Chile ha implementado políticas públicas estructuradas para adultos mayores, incluyendo viviendas asistidas estatales. México, aunque cuenta con avances como pensiones y el INAPAM, carece de un programa equivalente para quienes enfrentan la vejez en soledad y sin redes de apoyo, revelando una deuda crítica en su política social.

Fotografías del evento

Prestadora de Servicio Social en el Departamento de Difusión del IIS-UNAM

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