Vigencia del patrimonio transmitido y resignificado a lo largo de generaciones

Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM

El Seminario institucional “Despatrimonializaciones: resistencias y rutas alternativas en el ámbito patrimonial” organizado por Georgina Flores, para el IIS-UNAM1, presenta a las doctoras Khadija von Zinnenburg Carroll2 y Camila Opazo-Sepúlveda3, en sesiones el 11 y 12 de junio, 2025.

El museo ha de mostrarse descolonizándose

Con la participación de estas prestigiadas ponentes internacionales y de una distinguida audiencia, se contribuye a construir miradas alternativas a las dinámicas jerarquizadas, colonialistas, monumentalistas y a las aspiraciones de grandiosidad (internacional, nacional y personal) que existen en el ámbito patrimonial.

En este contexto, los temas particulares tratados por el Seminario en su edición actual son: a) la repatriación del emblemático penacho de Moctezuma, y el de: b) cómo descolonializar al museo, mediante otras actividades post (capitalistas, racistas y patriarcales) que llevan cuestionar ideales y prácticas patrimoniales.

Estos intereses nos llevan a poner el énfasis en cuestiones del llamado patrimonio inmaterial. Pero como no se limitan a esto, para el seminario se ha propuesto como punto de partida idóneo “el museo”.

Así, tal como se ha puesto de manifiesto con el caso del penacho de plumas de quetzal y oro de Moctezuma, el tema de descolonializar al museo cobra relevancia especial. No solamente porque se trate, como en este caso de un símbolo entrañable del pasado prehispánico de México que se conserva sin los cuidados necesarios y deteriorándose en el Museo de Etnología de Viena en Austria, sino porque demuestra cómo éste museo, como otros museos, urgen ser concebidos con otra misión y responsabilidad contraria al extractivismo de bienes y riquezas patrimoniales.

La discusión acerca de los reclamos de repatriación a México de este bien, por ser un objeto de gran valor histórico y cultural para los mexicanos, resulta relegada por el sentir distinto de Austria, con respecto a la descolonialización. Como seguramente sucede con enorme cantidad de piezas originales que se exhiben en museos como “curiosidades”, es evidente que al perder su contexto, identidad y significado, hagan que en el museo resulten algo tan ajeno que, sugieren que el propio museo debiera desaparece.

Al igual que con la destrucción del patrimonio cuando ya no lograr representar realmente a las culturas a las que identifica, el museo pierde completamente su sentido. Se convierte en una bodega de ficciones, que si entretiene al visitante, más bien lo deseduca mediante la apreciación de sinsentidos de rarezas y excentricidades. Las cosas exhibidas ya desprovistas de las formas de recreación de los contextos reales étnicos y culturales, regionales o nacionales, de donde emergen, carecen de sentido.

De esta manera, con la repatriación del penacho de Moctezuma, es evidente el sentir distinto de Austria -que desconoce el privilegio y la responsabilidad del cuidado de este bien-, con respecto del sentir de México y de los mexicanos, que no pueden coincidir debido a la colonización de los 300 años que siguieron después de la conquista española. Por lo que la discusión acerca de este como de cualquier patrimonio y de los museos que debieran cuidarlos, no pueden dejar de reconocerlos, en uno y en otro casos, como dispositivos de poder y de dominación.

El gran problema de representar la otredad

Llegar a entender otra cultura para representarla es un tremendo problema. Aquí cobran una relevancia especial las dimensiones de la alteridad, tanto como valoración de esos objetos que portan otredades como las narrativas de esos relatos que les corresponden. Si existen estrategias multiculturales o políticas culturales que facilitan y promueven estos procesos, es indudable que también hay otras prácticas que las excluyen: suponen que no hay pobres en la cultura. Lo que sería ideal pero, dista de las realidades patrimoniales y del montaje de los museos.

Construir ciertas historias que convienen que cuidan de algunos intereses, que ocultan, hacen desaparecer las presencias del otro. Ficción, extractivismo, políticas de no valoración de la diferencia, negación de los otros, del pasado, de cuerpos y objetos distintos, son temas que ante el recorte de las alteridades llevan a plantearse la necesidad de reestructurar al museo para que tengan lugar otras historias, otros futuros.

¿Cerrar los museos? Alguien diría ¿qué voy a hacer los domingos? Claro, por lo menos, sería importante estar abiertos a esta posibilidad, sobre todo de frente al hecho, antes impensable, por ejemplo, del abandono espontáneo de las visitas a templos y los lugares tradicionales de culto o, de otro modo, ante la emergencia del grafiti como fenómeno del “otro”, de la territorialización de los espacios públicos, a los que vuelven escena o museo para comunicar o protestar con simples firmas o, mediante códigos itinerantes de la belleza impactante de sus composiciones artísticas.

Pero con la ola de las “certificaciones” que acreditan virtudes, cualidades y capacidades -incluso educativas-, los museos no han quedado aparte. Más bien, al contrario. ¿Cuánto patrimonio tienes?, te hace idéntico a tantos puntos para conseguir apoyos, reconocimientos y recursos de instituciones nacionales e internacionales que te miden y te catalogan desde criterios de cultura de mercado, como “pobre o rico cultural”, es decir por las utilidades que ofreces mercadológica y turísticamente.

¿Qué vender?, ¿cómo entretener? Quizá, las preguntas deberían de ser relacionadas más que con el ocio, con qué educar. Actos, eventos, objetos, considerados como patrimonio, pero despojados de la experiencia que los constituye más bien parecieran apuntar a “vender la experiencia” que los produce. Lo que nos llega al mismo campo semiótico de la colonialidad del saber. Que nos conduce a preguntarnos si patrimonio puede ser la Universidad, para ver que si o que no es válido para quienes detentan los propios dispositivos de poder.

El mercado posee ese carácter difuso que se da a las artes y que en los museos resulta muy vertical. Museología crítica y alternativa, habría que reconocer la diferencia del escaparate de los coleccionistas, del lugar donde esperamos que suceda algo propio, pero que al popularizarse se suspende. Algo que resulta aconsejable, te impide visibilizar cómo hacerlo, Cómo restaurar realidades culturales, su vitalidad sus afanes prácticos, para que el visitante-espectador, se acerque a lugares lejanos a historias distintas, a los otros, hasta considerarlos como los propios.

Necesitar otros museos no nos lleva, todavía, a reconstituirlos y hacer una práctica común la de descolonizalizar al museo. El museo es también negocio de prácticas y objetos, ¿por qué?, para vender cultura. Pero ¿a quienes les pertenecen los museos?, en general, no a la gente; y ¿cómo es posible que se reduzcan a un espacio tan chiquito?, poco importa la restitución y representación de la cultura original. Museo como lugar de entretenimiento que como muchas artes ya poco importan por sus contenidos y calidades críticas, al ser reconstituidos reduciéndose a ser distractores, meros sitios para pasar el rato, como si no hubiera nada más que hacer.

Llenos de objetos y vacíos de contenidos. Muchos museos sucumben sin tomar en cuenta ontologías de esos objetos, destruyendo las creaciones complejas que les dan sentido. Realidades vejadas que son anuladas mediante políticas culturales colonizadoras, para las que los contextos y las narrativas originales que dicen replicar, poco importan. Ya tan lejos del ánimo que las produjo o de la memoria colectiva como de las escenas sociales a que corresponden quedan desprovistas de esa otredad, no colonial, que les da vida. En medio de los conflictos por los bienes públicos, legados y herencias ancestrales o los propios linajes, representados en los objetos coleccionados en los museos, se debate la repatriación del patrimonio.

Dos preguntas finales y a manera de conclusiones

En la socialización de prácticas y procesos patrimoniales influyen poderosamente la transformación, el cambio y la actualización de significados y sentidos dados a bienes tangibles o intangibles como a lugares y recursos naturales. Pero sobre todo, es determinante que éstos sean parte de prácticas sociales que les dan valores para luego, generación tras generación, ser transmitidos y resignificados a lo largo del tiempo.

Si estos ideales y las prácticas vinculadas con ellos perduran, se vuelven patrimoniales. Si hay comunidades, grupos o sujetos sociales que los afirman en esa condición de patrimonio, entonces siguen como parte de su cultura. De otra manera, si ya no se les afirma práctica e idealmente como parte de la identidad propia, dejan de serlo. Es posible que se trate de un proceso social que provoca conformidad, resistencias o indiferencia para hacerlos perdurar. Sin embargo, que las transformaciones en los bienes patrimoniales perduren, actualizándolos, es más un asunto práctico.

Más que el o los ideales que puedan simbolizar los bienes patrimoniales, lo que los conserva es si siguen teniendo alguna utilidad práctica. Si bien resultan vitales para dar continuidad a la presencia del colectivo que los valora, más bien se trata de prácticas y procesos económicos, casi meramente utilitarios, con los que se afirman o se los olvida. De manera natural surgen disconformidades y resistencias tanto para incluir y mantener como para cambiar los patrimonios.

Por lo que en conclusión, puede ser útil a esta discusión preguntarse ¿qué hace surgir o desaparecer a los patrimonios?, cuestión que pudiera responderse aplicando el concepto de “terceras identidades” que superan asimetrías irreconciliables de las relaciones de poder (Castoriadis, 1989) con dos posibilidades críticas, que son las de: a) recomposición para mantener o b) destruir la vigencia de la cultura (y por lo tanto de sus patrimonios) significados como ejes de la formación socio económica y espacio cultural de que se trate.


1 Investigadora titular del IISUNAM. https://www.pirekua.org/.

2 Central European University. ‘Repatriates’ – artistic research Project, Polyphony, new publication, www.kdja.org. Por algunas semanas podrá verse la Conferencia del 11 de junio en: https://www.youtube.com/watch?v=ZD9UAVKmeRU.

3 Arqueóloga. Mg. en Museología y Gestión del Patrimonio Cultural. Programa de doctorado en Sociedad y Cultura, Universitat de Barcelona. Miembro del Grupo de Trabajo de Museos y Descolonización, International Council of Museums (ICOM). https://icom.museum/es/committee/grupo-de-trabajo-sobre-descolonizacion/.

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