La “no-pandemia” en Puerto Vallarta

Vivir una pandemia parecería algo que solo podríamos encontrar en los libros de historia universal de la escuela o en una novela distópica de ciencia ficción, en la que el personaje protagonista necesita adaptarse, comprender y sobrevivir los cambios catastróficos que esta ha traído consigo para él/ella y la humanidad entera. Es algo que nos produce una sensación de desfase temporal en el que este personaje no se piensa como presente o en nuestra misma época, sino en un acontecimiento del pasado —ya superado— o algo venidero que advierte horrores y desgracias. Paradójicamente, acá estamos nosotrxs, escribiendo desde una laptop portátil o una computadora de escritorio en nuestras casas, confinados y a distancia, pues una pandemia ya nos alcanzó y ahora invade nuestro presente, quebrando toda sensación de cotidianeidad y enfrentándonos a lo que los medios denominan como una “nueva normalidad”. Ahora somos ese personaje distópico que busca entender una realidad emergente y compleja que nunca pensó que podría atestiguar, en medio de un acontecimiento histórico que en un futuro será recordado en las clases de historia también.

¿Qué sucede con la vida cotidiana cuando un hecho como este nos arroja desprevenidos al caos? ¿Qué sucede con nuestras vidas y la “normalidad” a la que estábamos acostumbrados? ¿Resistimos, nos damos por vencidos o nos adaptamos? El inicio del confinamiento en marzo de 2020 por la pandemia de la Covid19, enfermedad provocada por la cepa del virus SARS-CoV-2 y detectada a finales del año 2019, la cual presenta una capacidad de contagio y mortalidad preocupante para la salud (Gob.mx, 2021), ha mantenido a todo el mundo en shock y bajo medidas estrictas de distanciamiento, seguridad y sanitización que han comenzado a modificar todas nuestras actividades diarias y nuestras formas de socializar y mantener las relaciones afectivas y personales. ¿Qué hacer cuando actividades que antes nos ayudaban a desestresarnos y nos brindaban bienestar emocional, como el salir con amigxs e ir a lugares de baile y reunión, ahora representan un potencial peligro para nuestra salud y nuestras vidas?

Es a partir de estas preguntas y reflexiones que surge el interés por realizar una postal sonora en un lugar de socialización y encuentro de tipo lúdico tan cotidiano como un bar o antro, en donde la gente suele acudir para relajarse y olvidarse un poco de los problemas personales mediante el baile, la convivencia y/o el ligue. La idea es intentar comprender de mejor manera cómo es que las personas estamos interactuando con las medidas sanitarias de distanciamiento establecidas como consecuencia de la pandemia a la par que buscamos mantener algunas de nuestras actividades lúdicas de socialización, las cuales ahora parecen irónicamente más necesarias que antes, pues el confinamiento nos ha agotado de maneras que ni un fin de semana de desvelo en uno de estos lugares podría haber ocasionado. Para ello utilizamos un ejemplo en particular: uno de los bares gay más conocido y concurrido de todo Puerto Vallarta, Jalisco, el bar Mr. Flamingo”, ubicado justo en la denominada “Zona Romántica”, donde la gran mayoría de los bares, antros y saunas LGBT+ se encuentran.

A manera de breve contexto, Puerto Vallarta se ha convertido, con el paso del tiempo, en una de las principales atracciones turísticas en todo México, en gran parte debido a sus hermosas playas. No obstante, lo que distingue a Puerto Vallarta de otras playas turísticas igual de conocidas en México como Cancún o Playa del Carmen es su ambiente nocturno y lúdico, especialmente dedicado para el consumo de la población LGBT+. Los bares, antros, spas y saunas se llenan de personas de la comunidad lésbico-gay-bisexual y transgénero de todas partes del mundo, en particular de Estados Unidos y Canadá, las cuales disfrutan de un lugar paradisiaco en donde pueden sentirse segurxs de salir, expresar su amor y su forma de concebir su género y sus cuerpos. En todo esto, Puerto Vallarta no tiene comparación con cualquier otro destino turístico en la República Mexicana, razón por la cual, a nivel internacional, ocupa un lugar protagonista en destinos LGBT+ friendly (Parra Altamar, 2021).

A raíz de la pandemia, no obstante, Puerto Vallarta ha tenido que implementar múltiples medidas preventivas de distanciamiento y confinamiento para evitar contagios masivos, sobre todo al ser un lugar turístico tan concurrido y aglomerado (Romo, 2020; Ocampo, 2021). Según el portal de internet principal del municipio de Jalisco, entre las principales medidas que están vigentes a partir de mayo de 2021 se hallan las restricciones a lugares de encuentro como restaurantes, bares y antros, los cuales “…se encuentran operando con normalidad con un límite de aforo del 50 por ciento”. En el caso más específico de los antros y bares, estos tienen permitido operar hasta las 03:00 horas de la madrugada y con un aforo del 33% del establecimiento (Puerto Vallarta, 2021). Las restricciones en este tipo de lugares se perciben como necesarias por el potencial peligro que representan para la transmisión de la Covid-19, ya que la “sana distancia” no es del todo posible en un lugar como tal, lo que vuelve aún más interesante su observación en una postal sonora.

Como se puede apreciar a lo largo de los cinco minutos de duración de la postal, la cual fue realizada el viernes 5 de marzo de 2021, a las 23:30 horas aproximadamente, la afluencia de personas en el lugar es bastante y excede el denominado 33% de aforo que el sitio web del ayuntamiento de Puerto Vallarta indica. La distancia que hay entre las personas es tal que resulta prácticamente inexistente y el uso de cubrebocas, aunque sí puede ser apreciado en algunas personas, en general brilla por su ausencia. De las medidas expresadas anteriormente en la página web de la ciudad, la única que sí se cumple al pie de la letra es la de la hora de cierre del lugar, el cual a las 3 de la madrugada ya se encuentra cerrado y siendo limpiado por el personal que lo atiende. Podríamos, a partir de lo observado, asegurar que las probabilidades de contagio de Covid-19 en un lugar como “Mr. Flamingos” son alarmantes, por lo que pueda parecer ilógico o hasta estúpido que las personas se expongan a ello solo por “una noche de diversión” o “salir de fiesta con amigxs”. Sin embargo, es justo por ello que se ha vuelto importante analizar cómo es que un fenómeno así, tan contradictorio, puede darse en momentos como los de la pandemia.

¿Qué esperábamos realmente de un lugar que está diseñado para el entretenimiento de las personas que lo visitan, principalmente para el baile, las bebidas y la interacción social? Pensar que las medidas de distanciamiento puedan ser practicadas al 100% resulta ingenuo y hasta cierto punto negligente. No se trata de un restaurante o una sauna donde las personas puedan mantener la distancia sin tantos problemas; más bien, estamos hablando de un bar-antro en el que la gente está la mayor parte del tiempo de pie, bailando al ritmo de la música pop y electrónica, y platicando con otras personas a su alrededor. Es prácticamente imposible, entonces, cumplir con las medidas totalmente, incluso con la que corresponde al límite de personas que pueden permanecer al mismo tiempo en el lugar. Según el portal de internet Entorno Turístico, el hecho de que Puerto Vallarta haya alcanzado el semáforo amarillo en marzo de 2021, gracias a lo estricto de las medidas preventivas tomadas para la sana distancia y la sanitización de muchos lugares prácticamente desde la segunda mitad de 2020, alienta a los turistas y visitantes a venir y disfrutar de los lugares en la zona (Entorno Turístico, 2021). Aunado a esto, la situación ya no es como se observaba a mediados de 2020, cuando los bares y antros sí estaban bastante limitados en su actividad y las medidas de restricción eran mucho más estrictas que ahora (Velasco, 2020).

Quizás todo esto le brinda una sensación de alivio y confort a las personas que acuden a lugares como Vallarta tras un año de confinamiento. Algo que hay que tomar en cuenta es que el distanciamiento social está provocando cambios en nuestra manera de socializar y convivir con nuestros seres cercanos, pero eso no significa que los cambios sean rápidos, sencillos o permanentes. En el caso particular de un bar como el “Mr. Flamingo”, que se localiza en pleno centro de un lugar tan turístico y llamativo como Puerto Vallarta, las razones para su apertura y su aforo excedido son amplias: desde las necesidades económicas de los dueños y trabajadores del lugar, quienes se han visto afectados por la pandemia (Beltrán, 2021), hasta la búsqueda de goce y entretenimiento por parte de los turistas, nacionales y extranjeros que llegan a Vallarta justo con la idea de disfrutar y confiados de las medidas impuestas por el gobierno del estado de Jalisco y del municipio en particular, el cual, como dato curioso e importante, depende económicamente en un 90% del turismo que recibe cada año (Parra, 2021).

Es importante señalar que, aun así, las preguntas siguen en pie: ¿qué sucede con nuestras actividades cotidianas de socialización y cómo las mantenemos mientras nos adaptamos a las “nuevas normalidades” impuestas por la pandemia? En el bar “Mr. Flamingo” parece que estas resisten y, más bien, la pandemia es la que se adapta a ellas. Una suerte de “no-pandemia” ocurre en este espacio, y prácticamente en todo Puerto Vallarta. Una “no-pandemia”, no en el sentido de que no exista la pandemia ahí, o no se haga nada para tratarla y evitarla, sino en el sentido de que la que parece adaptarse al ritmo de vida de un lugar como Vallarta es la pandemia y no viceversa, pues hablamos de una ciudad en cuyas actividades, “esenciales” o no, no pueden simplemente parar como sí sucede en otras ciudades más grandes, con propuestas vanguardistas como el home-office o las clases en línea.

No se trata de demonizar o justificar las acciones de las personas que acuden a bares y antros aún con la pandemia en juego; más bien, se trata de comprender el porqué y el cómo es que, incluso con la pandemia, este tipo de prácticas recreativas siguen resistiendo a los cambios, temporales o permanentes, que esta trae consigo. ¿Por qué actividades “no esenciales” como las fiestas y el ligue se resisten a las modificaciones que la pandemia ha traído consigo? Una pregunta que sería interesante analizar conforme continúa nuestra situación presente.

 

Referencias

 

Beltrán, Brenda (05/02/2021), “Se muere la vida de Vallarta por botonazos”, Tribuna de la Bahía. CPS Noticias, dirección URL: https://tribunadelabahia.com.mx/se-muere-la-vida-nocturna-de-vallarta-por-botonazos-42901. (Consultado: 25 de mayo de 2021).

Entorno Turístico (03/03/2021), “Jalisco anuncia medidas precautorias ante Covid-19 para Semana Santa”, Entorno Turístico, dirección URL: https://www.entornoturistico.com/jalisco-anuncia-medidas-precautorias-ante-covid-19-para-semana-santa/. (Consultado el 16 de mayo de 2021).

Puerto Vallarta (2021), Procedimientos y Protocolos de Bioseguridad en Puerto Vallarta durante COVID-19. Actualización: Mayo 2021, Visita Puerto Vallarta, dirección URL: https://visitapuertovallarta.com.mx/covid-19. (Consultado el 15 de mayo de 2021).

Parra Altamirano, Ezequiel (06/05/2021), “Puerto Vallarta lidera promoción de los destinos de playa”, La Capital, dirección URL: https://www.lacapital.com.mx/noticia/85205-Puerto_Vallarta_lidera_promocion_de_los_destinos_de_playa. (Consultado el 15 de mayo de 2021).

Romo, Patricia (02/04/2020), “Jalisco ordena cierre de negocios, playas y balnearios”, El Economista, https://www.eleconomista.com.mx/estados/Jalisco-ordena-cierre-de-negocios-playas-y-balnearios-20200402-0011.html. (Consultado el 24 de mayo de 2021).

Secretaría de Gobierno (2021), Todo sobre el COVID-19, portal Gob.mx, dirección URL: https://coronavirus.gob.mx/. (Consultado el 24/05/2021).

Velasco, Alexis (28/07/2020), “Así lucen bares y clubs LGBT de Puerto Vallarta en tiempos de Covid-19”, Out & About Puerto Vallarta, dirección URL: https://outandaboutpv.com/asi-lucen-bares-y-clubs-lgbt-de-puerto-vallarta-en-tiempos-de-covid-19/?lang=es. (Consultado el 15 de mayo de 2021).

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