Avance y retroceso. Entrevista con Sara Sefchovich

Publicado en la revista Cohesión CMT

Entrevista exclusiva concedida a Cohesión CMT, luego de su participación en la Feria Internacional del Libro de Oaxaca.


Yo creo que México ha mejorado mucho en los 50 años que yo lo he visto (en términos de pobreza, de libertad de expresión, de democracia), y se ha ido al demonio en términos de violencia, de familias enteras involucradas en la delincuencia.

Nosotros volteamos y en este país hay un montón de pobreza, pero también hay muchas mejorías y mucha gente que, aunque sigue siendo, digamos, “pobre”, tiene acceso a una serie de productos y de bienes (un celular, una televisión, etcétera), que en la teoría ya no corresponderían a la pobreza, no estamos hablando de esa capa muy miserable que ni eso tiene, pero la mayoría sí lo tiene.

Sin prohibiciones

Yo creo que como sociedad no tenemos derecho a prohibir que la gente haga ciertas cosas, siempre y cuando no afecte a los demás; o sea, yo no tengo porqué prohibirte que tú te emborraches, pero tengo que defender que no seas violento con tu esposa e hijos, o que no tengas enfermedades que yo, como Estado, tenga que pagar y atender.

Lo único que yo te tengo que decir es: “Pobre de ti si golpeas a otro”, porque eso sí no te afecta a ti nada más, eso es lo que como Estado tengo que cuidar, y no estarte diciendo cuál es la moral que tú debes de tener: ¿Quieres ser gordo?, pues pobre de ti. ¿Quieres tener diabetes y comer dulces?, pues pobre de ti. Yo te tengo que explicar los riesgos, pero no te puedo prohibir.

¿Por qué me prohíbes cocaína y no me prohíbes alcohol? ¿Por qué me prohíbes marihuana y no todas las fritangas que me venden en la calle o todos los postres llenos de azúcar? Hay más gente diabética que cocainómana en México.

Es un discurso falso que no atiende los problemas reales, se queda en la superficie, sin que yo quiera decir con eso que las drogas sean buenas ni mucho menos.

¿Legalizar o no?

Tengo muy claro que el hecho de que algo no sea legal es lo que genera buena parte de la violencia en México, como lo generó el alcohol en su momento. Me parece que no es el camino hacerlo ilegal y estar todo el tiempo con la guerra.

Yo no creo en las drogas, pero cuando se liberó el alcohol, algunas personas decidieron ser borrachas y otras no; no todo el mundo se va a volver un drogadicto. No podemos pasarnos la vida diciéndole al mundo: “Tú no debes hacer esto, tú no debes subir de peso, tú no debes…”.

Una vez que sea legal: ¿Cómo hacemos para que no redunde en violencia intrafamiliar, en violencia comunitaria, en violencia social, en delincuencia? Son dos momentos de un mismo proceso, pero mientras no liberemos el primero no podemos pasar al segundo.

Prioridades

El primer problema por resolver es no convertir el asunto de las drogas en un pretexto para la delincuencia. Lo hemos construido cuidadosamente para que haya quien se esté beneficiando muchísimo de todo esto y lastimando al resto de la sociedad.

El segundo asunto es definitivamente la corrupción porque mientras eso siga existiendo, todo lo demás no se puede componer.
Tenemos problemas serios: falta de educación, mala impartición de justicia, violencia doméstica, salud ¡no nos faltan!, pero mientras no se resuelvan los dos primeros, todo lo demás no va a salir.

Es terrible vivir en un piso de tierra, pero la vida entre la violencia, la inseguridad, las drogas y la muerte, es peor.

Cálculos

Supongo que las mediciones que el CONEVAL decide hacer son porque consensuó con la gente que sabe de esos temas. Yo no puedo decir: “No sirven”. “Sí sirven”. “Son suficientes”. “Son insuficientes”. “Están bien hechas o mal hechas”. Hay gente que se ha opuesto, que dice que están mal hechas; hay otra gente que cree que están bien hechas.

El problema de las Ciencias Sociales es que no es cierto que porque pones números necesariamente es la verdad y necesariamente lo hiciste bien.

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Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

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